domingo, 6 de diciembre de 2009

El precio de mi casa



Domingo. Llovía no muy fuerte, no muy despacio, pero constantemente en Quiindy un pueblo a unas 2 horas y media de viaje a Asuncion, en Paraguay. Hoy estaba saliendo de Quiindy después de haber pasado los últimos 3 meses en este pueblo. Apurado salí a las 11:40 de la casa caminando rumbo a la ruta por donde pasaría el colectivo que me llevaría a Asunción, de allí a las 14:30 tomaría el colectivo que me llevaría a Santa Fe - Argentina y de allí a Parana y de allí a mi casa; pero en Quiindy tuve un problema, el colectivo que me llevaba a Asuncion no paró, siguió de largo, y eso me hizo re-evaluar todos mis planes para el viaje... quería estar en mi casa en Entre Rios por la mañana, no quería pasar otro día mas lejos e mi casa, de mi hogar, de mi familia... quería estar con ellos. Pero tendría que ir por otra ruta, porque no pasaría otro colectivo desde Quiindy hasta Asuncion, sino hasta dentro de mas de media hora... ¿que hacer?
Los minutos pasaban, y cada vez era mas evidente que no llegaría a tiempo a Asuncion para alcanzar el colectivo a Santa Fe.... no pasaba ningún colectivo que me llevara a Asuncion. Mis esperanzas de estar en casa se escabullían como la lluvia por mi campera azul empapada.
Los rayos empezaron a alumbrar el cielo y los truenos empezaron a resonar. Pronto empezó a llover mas fuerte. Ahora estaba completamente mojado, completamente solo. Tenia hambre y me sentí tentado a comer las barritas de chocolate que había provisto para el viaje; hacia casi 24 horas que no había comido algo sustancioso. Como anhelaba estar en casa, sequito, comiendo una rica comida de mi madre con mi familia.
¿Como hacer para estar en casa por la mañana? Ya no llegaría para el colectivo directo a Santa Fe, tendría que hacer el viaje o por otra ruta o haciendo escalas... las dos opciones llevaría un poco mas tiempo pero por supuesto que mucho mas dinero; así fue como surgió en mi mente la pregunta que me dejo pensando todo el resto de día; ¿Cuanto estaba dispuesto a pagar por estar en casa?
Esta pregunta no solo me la plantee en cuanto a mi casa en Entre Ríos, sino a mi casa Celestial; ¿cuanto estaría dispuesto a dar por estar con Jesús y mis seres queridos en el Paraíso?... eso no tiene precio; no se puede comprar porque es un regalo, y con los regalos solo se pueden hacer solo dos cosas: o aceptarlos o rechazarlos. Ahora la pregunta es ¿estamos dispuesto s a aceptar el regalo de Dios? La respuesta depende de cada uno, depende de ti.
Pasó otro colectivo y aunque ya no llegaba al colectivo directo a Santa Fe, le hice la señal para que parara y me fui. Haría todo lo posible por estar en casa por la mañana.