sábado, 25 de diciembre de 2010

La leyenda de la grulla y el cisne

Poned, pues, ahora vuestros corazones
y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios;
y levantaos,...
1 Crónicas 22:19

Una grulla desvió su atención de su labor por un momento, estaba buscando sus preferidos caracoles en el barro cuando vio a un cisne aterrizar en el estanque lodoso donde ella buscaba los moluscos para comer. Pero no tardó en volver a sumergir la cara en el barro y excavar con el pico el fango en busca esos bichos. Enseguida encontró uno pequeñito; y levantando la cabeza llena de fango de un movimiento tiró el caracol hacia arriba y abriendo el pico lo tragó enterito con barro y todo.
El cisne la miró con cierto asco y se acercó a la grulla:
—¿Qué haces?— le preguntó
—Estoy comiendo los deliciosos caracoles que están en el barro de este estanque— respondió la grulla, y casi al instante agregó —¿los probaste alguna vez?
—Sí, reconoció el cisne —pero he encontrado algo mejor de donde vengo, en el Cielo.
—¿El Cielo? —preguntó la grulla —¿Dónde queda el Cielo?
—¿No conoces el cielo? —Contestó sorprendido el cisne
Y entonces el cisne le empezó a contar cómo era el cielo, le relató las magníficas y cristalinas aguas del río que salen del trono de Dios, le describió acerca del espléndido árbol de la vida, la vida de los ángeles y las mil maravillas que allí habían.
Pero la grulla poca atención prestaba y mientras miraba hacia abajo, hacia el barro del estanque, le preguntó al cisne:
—Pero decime, en el cielo ¿hay caracoles?
—¿Caracoles? —repitió el cisne — ¡No! ¡Por supuesto que no hay caracoles!
—Entonces —dijo la grulla mientras volvía a meter el pico en el barro—, tú puedes quedarte con el cielo. ¡Yo quiero caracoles!

En esta vida hay personas que no valoran el cielo ni las bendiciones que Dios quiere darnos, prefieren esta vida y comer “caracoles” antes que estar disfrutando de la dicha de una vida con Dios. Hay una vida diferente, hay una vida mejor con Jesús. Y si estamos dispuestos a dejar el “barro” y los “caracoles”, podemos encontrar la paz que Dios nos quiere dar. Por eso Dios hoy nos llama: "Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios; y levantaos..." a algo mejor.