jueves, 26 de mayo de 2011

Miro el mundo y sus desgracias

...los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: 
Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, 
y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?
Mateo 24:3

Anoche salí del trabajo pensando en el fin. El pensamiento que se me pasó por la cabeza es que pareciera que falta mucho para que Jesús venga. He reflexionado mucho acerca del tema. Y he llegado a una triste conclusión: Falta mucho.

Miro el mundo y sus desgracias; las enfermedades que cubren el mundo con su manto de tristezas, los accidentes, la explotación de los menos favorecidos, el hambre de naciones enteras, las guerras declaradas entre países, entre pueblos, entre personas; el terrorismo y el narcotráfico; la discriminación; la avaricia del hombre que quiere más de su prójimo y de una tierra a la cual se le están acabando sus recursos; las calamidades y desastres que suceden en el planeta: megatornados, megaterremotos, megatsunamis, desastres nucleares, huracanes, megaincendios, sequías, tormentas de arena gigantescas, inundaciones, olas de calor, accidentes ambientales, entre otras cosas que conforme pasan los días agregamos nuevas palabras de sustantivos que representan una desgracia para la humanidad.

Miro el mundo y sus desgracias, y no por ser alarmista, pero la cosa irá empeorando. Y no me llamen fanático, porque en realidad todos sabemos que va a empeorar. El calentamiento global, la deforestación, la contaminación sumada a la negligencia (por no decir ambición) humana han destruido nuestro mundo. Es cierto que no todo está perdido, que todavía hay mucha naturaleza que nos puede sustentar pero sabemos que la ecología se está destruyendo y comparado con el daño provocado son pocos los intentos que hacemos para frenar todo esto.

Mis propias palabras me suenan a un mensaje repetido. ¡Esto ya lo he escuchado! ¡Y por lo menos desde hace 10 años! ¿Pero porqué? Porque sabemos lo que tenemos que hacer como humanidad y no estamos cambiando, en vez de frenar nuestras actividades relacionadas a la quema de combustibles fósiles y otras actividades contaminantes, en vez de disminuirlas las acentuamos. Escucho de planes para cambiar, pero están en el presente de unos poco y en futuro de la inmensa mayoría de los casi 7.000.0000.0000 de habitantes de nuestro mundo. (otra vez esos ecos)

Miro el mundo y sus desgracias y pienso en todo esto: los desastres, las guerras, el hambre y la pobreza, las enfermedades, y no puedo evitar pensar en los famosos versículos de Mateo 24: “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.”

Miro el mundo y sus desgracias. Y recuerdo lo que Jesús dijo: ”mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.”

Miro el mundo y sus desgracias y me pregunto ¿Y cuándo será el fin? He escuchado desde que era muy pequeño que antes que Jesús venga habrá una gran persecución hacia los cristianos fieles que sean leales a Jesús. ¿Pero acaso no hay persecuciones ya? Es cierto que actualmente no hay persecuciones como aquellas que el imperio romano emprendió contra los cristianos en los primeros siglos de nuestra era. Pero cualquier cristiano que quiera ser fiel a Dios en este mundo encontrará persecución inmediata. Ya sea por no sumarse a la corrupción, ya sea por sólo ser cristiano, será tachado de fanático, ingenuo, lunático; pero la persecución está ahí, sutil pero ignorantemente generalizada.

Jesús dijo “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Creo que en pocas generaciones en la historia de la humanidad el evangelio ha sido predicado como hoy. Hay miles de iglesias cristianas proclamando acerca de Dios. Pero pareciera que mientras más cristianos hay, peor está el mundo, peor está la gente. (más ecos). Pareciera que los cristianos predican del amor de Dios, pero no del amor del cristiano.

Pero Jesús no dijo que el evangelio sería predicado por predicadores, Jesús dijo que el evangelio sería testificado: Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Las versiones más antiguas de la Biblia dicen “en testimonio”. (Sobre este tema en particular tengo planeado publicar una entrada aparte).

Miro el mundo y sus desgracias. El evangelio no existe para ser solamente predicado, originalmente el evangelio no fue dado para ser hablado, tratado, debatido, cuestionado o teorizado: La esencia del evangelio consiste en ser vivido, y al ser practicado el evangelio es anunciado. Porque un cristiano no puede pasar desapercibido; no por el barullo, sino por su ejemplo, por su testimonio.

Miro el mundo y sus desgracias. Veo su necesidad: la de cristianos que vivan su fe. El mensaje de Cristo, su amor, su paz, su esperanza, su moral, su alegría, su responsabilidad, en el corazón de cada cristiano podría demostrarle a este mundo que Cristo es el camino a la verdadera felicidad.

Miro el mundo, miro sus desgracias y me pregunto ¿faltará mucho para que Jesús venga?, miro mi mundo, miro mi corazón y me indigno. Me doy cuenta que estoy planteando mal la pregunta. La pregunta correcta es: ¿Cuánto faltará para que los cristianos nos entreguemos por completo al Señor? Si contestamos esta pregunta podemos contesta la primera. 


No es problema el tiempo que nos lleve a los cristianos el hecho de predicar. Los primeros cristianos lograron llevar el cristianismo hasta los confines del mundo conocido en 2 generaciones. En sólo dos generaciones todo el mundo sabía quien era Cristo. La cuestión no es cuanto tiempo nos lleve predicar, la cuestión es cuanto timpo no llevará a los cristianos reconsagrarnos a Dios; dejar de lado las cuestiones necias de este mundo para dedicarnos a vivir por Cristo.

Para la venida de nuestro Señor Jesucristo ¿Cuánto faltará? ¿Mucho? ¿Poco? La respuesta depende de mí y de ti.

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