sábado, 27 de noviembre de 2010

Perdonado pero no perdonador ¿Perdonado?


"mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas,
tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas."
Mateo 6:15 

Calculando el sueldo mínimo para la parte austral de latinoamérica sería de unos 390 US$  mensuales. Más hacia el norte descendería a unos 250 US$ como promedio regional. Los paises más pobres (o con peor paga, mejor dicho) pagarían entre 100 y 120 US$. En España es de unos 850 US$. Nosotros lo tomaremos en 250 US$, que sería lo que se paga promedia y aproximandamente en latinoamerica en la región.
¿Y por qué estamos hablando de sueldos mínimos? porque vamos a establecer aproximadamente el valor actual de las monedas en los tiempos de Jesús. 

Según las tablas de equivalencias un jornal era el equivalente a lo que se pagaba a un empleado por un día de trabajo, por eso también se lo llamaba denario su valor era aproximado al de la dracma. Basado en este dato, podemos decir que si queremo saber cuanto valdría un Jornal, debemos dividir lo que ganamos en un mes (250 US$) entre 30, que son los días del mes.Y aquí tenemos nuestra primera relación:

Jornal = (Salario mínimo) / 30
Jornal = 250 US$ / 30
Jornal = 8,33 US$
Osea que el Jornal actual sería aproximadamente un billete de 8.33US$. Había otro valor económico en los tiempos de Jesús que es un poco dificil de calcular y/o imaginar, pero dicen las tablas de equivalencias que valdría unos 6000 drácmas. Osea unos aproximadamente unos 6000 denarios. Se llamaba Talento. Veamos la relación:
Talento = 6000 drácmas
Talento = 6000 * 8.33 US$
Talento = 50.000 US$ 
Un talento es igual a 50000 US$!!!, Imagináte lo que podrías hacer si te dieran un talento para gastarlo en lo que vos quisieras!!, o imagináte lo que pasaría si tuvieras que devolver un talento!!!

Jesús contó una historia de un rey que le había prestado dinero a uno de sus súbdito. El dinero que este hombre le pidió prestado al rey fue la milloranaria suma de 10000 talentos, (osea unos 500.000.000 US$ !!!!), pero aunque er muchisimo dinero el rey se lo prestó. Pasó el tiempo y el rey hizo un balance y se dió cuenta de la deuda de este súbdito suyo; había pasado el plazo del prestamo y todavía no había sido devuelto. El rey mandó a embargar todos los bienes de este hombre para que le pagara la deuda. (me pregunto en que habrá desperdiciado semejante fortuna), pero como el valor de todo lo embargado no llegaba a cubrir el monto de la deuda, el rey mandó a que lo metan preso.

Cuando el hombre se enteróde la orden del rey, solicitó desesperadamente una audiencia con el rey. y en la audiencia le dijo: "Señor, ten paciencia conmigo, te lo pagaré todo". El rey vio las lagrimas de los ojos de este hombre, y lo liberó y le perdonó la deuda.

El hombre le agradeció tanto que me lo imagino hasta besando los pies, tambiñen puedo ver la sonrisa en la cara del rey por haberle perdonado la deuda, hasta seguro que los otros súbditos que estaban presente se habrán quedado sorperndidos porque el rey le había perdonado la deuda a ese hombre.

Pero evidentemente algo no había entendido el perdonado, porque cuando estaba saliendo del palacio, se encontró con una persona, un peon suyo, que le debía 10 denarios (100 US$). Y este hombre no le perdonó la deuda a su peón, sino que lo agarró del cuello con las manos y mientras lo ahoracaba se lo exigió, el hombre le dijo ccon la voz ajustada: "Ten paciencia conmigo, te lo pagaré todo". Pero el subdito del rey no lo perdonó, sino que después de agredirle e insultarle, lo llevó arrastrando a la comisaría y lo metió preso por ladron y estafador.

Lo que no había tenido en cuenta el hombre fue que había otros súbditos del rey a las puertas cuando el le golpeó a su peón. Obviamente quedaron indignados y quedaron triztes. El rey se dio cuenta que algo malo había pasado, preguntó porque estaban así y se lo contaron. El rey se enojó muchsisimo y mandó a llamar al súbdito.

Cuando el súbdito entró no sabía porqué lo habían llamado, el entró como si fuera el súbdito favorito. El rey lo miró y se indignó. Le reprochó: Eres un mal súbdito; ¿No te acuerdaste de toda la deuda que te perdoné? ¿Porqué no le perdonaste a tu peón como yo te perdoné a ti?. Entonces el rey ordenó apresar al hombre y meterlo preso hasta que pague su deuda.

Según David Seamands, la culpa es la culpable de que el súbdito del rey, fuera como fue. El relato bíblico dice que el hombre fue a pedirle una prórroga. Fue a pedirle que le diera tiempo, como si todo la vida le hibiera sido suficiente como para pagar su deuda. El rey sabía de esto y le perdonó; no le dio la prórroga, no le extendió el plazo, no le dio un plan de cuotas para pagar la deuda, se la perdonó entera. No debía pagar ni un centavo de la deuda. El rey se la había perdonado completamente. Pero él salió con la idea de devolverle la plata igual, por eso cuando vio la oportunidad de juntar los primeros 83,33 dólares de 500.000.000, no lo perdonó porque le quedaba mucho para devolverle al rey. ¿Cuál era el problema que tenía el hombre? Que no había aceptado el perdón del rey, no entendió que el perdón del rey es absoluto.

En esta historia el rey es Dios, y cada uno de nosotros su súbditos, y el peón nuestro prójimo. ¿Porqué nos cuesta tanto perdonar a los demás? por la sencilla razón que pensamos que Dios no nos ha perdonado. Pero lo real es que cuando le pedimos perdón sinceramente a Dios, por nuestras deudas, por nuestros pecados y faltas, Dios nos perdona lo que sea, no improta si es algo pequeño como un denario o algo como de 50000 talentos. Dios mira nuestro corazón arrepentido y nos perdona. Dios sabe que no hay nada que hagamos que nos haga mercer el perdón de Dios. No hay nada con lo que podamos pagar nuestra deuda. Lo único que podemos hacer es pedirle a Dios que nos perdone y aceptar su perdón.

El problema no es con Dios, el problema está dentro de nosotros que no aceptamos su perdón y, como tenemos esa cuestión interna de estar proyectándonos en los demás, tampoco perdonamos a nuestros prójimos.

Por eso hoy quiero decirte: Dios está dispuesto a perdonarte, no importa cuan bajo caído y que hayas hecho, Dios puede y quiere perdonarte; todo lo que hagas para ganarte su perdón está demás, lo que tienes que hacer es aceptar tu deuda y su perdón y portarte como un verdadero súbdito de Dios, no para ganerte su perdón (porque ya te habrá perdonado) sino por agradecimiento.(Después de todo, lo que el rey le reprochó fue porqué no había tratado a su prójimo como él lo había tratado).
Hoy es un buen día para regresar ante Dios y pedirle perdón y para perdonar a los otros, pero recibe su perdón primero, y cuando lo recibas representa su perdón.
Mi deseo es que puedas abrirle tu corazón a Dios y aceptar su perdón absolutamente y así tener paz. Que el Señor te bendiga con su perdón, y que su perdón te dé la paz que tanto necesitas.

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