viernes, 19 de agosto de 2011

El muñequito de plastilina limpio


Jehová completará por mí lo que ha comenzado. 
¡Oh Jehová, tu misericordia es para siempre;
no desampares la obra de tus manos! 
Salmos 138:8


Hoy estaba haciendo un poco de limpieza en la casa cuando encontré unos mulequitos de plastilinas que habia usadoen la escuela sabática de primarios en la iglesia de Vista Alegre... que divertido fue usar esas plastilinas... hoy 6 años después continúa la historia.

Cuando abrí la bolsa no pense que pudieran estar vivos, pero sí, sí lo estaban, me miraban como abatidas, ya habían sido 6 años que las había dejado en la bolsa y aunque no pareciera mucho tiempo, si lo es para un plastilina. Pero no eran los mismos muñequito de plastilina, cuando las guardé en la bolsa estaban limpios y además me habían tomado mucho tiempo hacerlos: cada uno tenía un rasgo único, singular, a uno le hice un pelo estilo griego con rulitos bien detallados, a otro le puse ojos verdes pero se los diseñe de tal forma que parecían ojos de verdad, a una muñequita le hice un lindo vestido ¡Qué trabajo me dio hacer ese vestido con botones!, y así con cada uno, le había puesto algo único, ninguno era igual al otro...

Pero cuando abrí la bolsa estaban irreconocibles, se habian mezclado los colores, ya no eran plastilinas pueras, estaban manchadas, algunos inclusive tenían mugre pegada... lo que más se les había deformado era la cabeza, alguno ya ni cabeza tenían: estaban mutilados.

Me apiadé de esos muñequitos, me acordé lo mucho que invertí en ellos y lo util que me fueron, depués de todo tampoco habían sido baratos, me costó caro crear esos muñequitos...

Entonces me propuse repararlos... y comencé con el primero, el que peor estaba, el que había sido el muñequito de Moisés, pero de lo que era el muñequito original no se podía reconocer nada, estaba completamente desfigurado. Estaba muy sucio, originalmente tenía una capa blanca pero se había ensuciado mucho con el negro de los ojitos, de hecho, tanto se habían mezclado la capa y un ojo que ese ojo desapareció de su cara asique ahora parecía un cíclope con un solo ojito...y la ropa que había sido una mezcla de blanco con celeste se había fundido de tal forma que se notaban los colores de la ropa pero no tenía forma... y los pies se habían soltado y se habían pegado a otro muñequito que más que hombrecito parecía un agujero negro que absorvía a todos los restos sueltos de otros muñequitos... pobre Moisés, me conmovió. Menos mal que me acordé bien de como lo había hecho porque ya ni boca tenía, pero yo si sabía que le había puesto una.

Y bueno sin lamentar más le hice los arreglos necesarios, le cambié todo; lo separé parte por parte y lo amasé de nuevo ¡Tienen que verlo cómo quedó! Estaba limpito y hasta le hice una sonrisa nueva y su capa esta bien blanquita, no tenía ninguna mancha... asique lo puse sobre una hoja mientras me preparaba para arreglar a otro muñequito y justo cuando cuando lo iba a agarrar me llevé tremenda sorpresa...

Uno de los muñequitos sucios le dijo al muñequito Moises ¿Dónde estabas?, y en seguida otros muñequitos le dijeron que había hecho para quedar tan blanquito como lo era antes, algunos inclusive lo elogiaban diciendole "Estás más blanquito que cuando te hicieron", pero todos, absolutamente todos se preguntaban, cómo había hecho para quedar tan blanquito y limpio. Y entonces el muñequito Moisés les dijo: "-Estube con el amasador; primero me separó parte por parte, me volvió a amasar de nuevo..." "-¿Todo?" "Sí, todito..." "¿Y no te dolió?" "Sí, pero pronto me di cuenta que sólo me quería hacer bien y no le dije nada, y le dejé que me transforme por completo y al final me dejó completito, sólo me dijo que vuelva de tanto en tanto para mejorarme y hacerme mantenimiento"...

Y así fue como casi todos los muñequitos de plastilina hicieron una fila esperando su turno para que los arreglara uno por uno, digo casi porque no todos quisieron ser arrglados, algunos que estaban muy fusionados y que estaban muy sucios no quisieron venir porque decían que para ellos no había arreglo... me dolió mucho pero si ellos querían quedarse así no les iba a obligarlos a cambiarlos, pero lo que mas me dolió es que hayan desconfiado de mi talento para crear; después de todo si yo los había formado a cada uno con tanto cuidado ¿No los iba a re-formar con tanto cuidado y talento cómo antes?

Esta historia tiene una enseñanza para nosotros hoy, y esta es esa moraleja: Si hay alguna creatura, que necesita ser transformado/a para que pueda ser reparada tiene que ir junto a su creador; los muñequitos de plastilina con Oscar; y los seres humanos con Dios.

1 comentario:

Ana Raquel dijo...

Voy con Dios primo, gracias por la reflexion. Feliz semana...