miércoles, 12 de octubre de 2011

Reencuentro familiar

Bueno, disculpen la ausencia, he estado un poco ocupado estudiando, instruyendome, pero vengo inspirado luego de mis vacaciones del blog.

El finde semana pasado estuve visitando a mi familia materna en Ciudad del Este, Paraguay. Fue muy agradable volver a reencontrarme con tantos familiares después de 7 años, pero después de tanto tiempo debo confesar que hubo grandes cambios en mi familia. Estos cambios son los que quiero compartir con ustedes porque me han hecho reflexionar en lo más profundo de mi corazón.

Creo que hasta ahora no lo conté, pero yo nací en un hogar adventista; mis padres eran adventistas cuando nací pero el resto de mi familia no lo era, y esto cómo que trajo un poco de roces. Además nosotros vivíamos muy lejos de ellos. Eran muchas cosas.

Pero hoy quiero contarles que cuando fui a reecontrarme con mi familia, muchas de esas barreras ya no estaban. Talvez porque yo no iba con la intención de criticarlos sino de compartir, de disfrutar de su companía, de apoyarlos.

Este fin de samana entnedí que hay cosas muy importantes en la vida, que el dinero no es todo, que el bienenstar económico pasa, pero que el cariño genuino de una familia que valora el amor por sobre todo es una de las cosas más valiosas de la vida.

He cambiado mi actitud hacia mi familia, antes los veía distantes, hoy los veo como mi familia.
No sé cómo está tu familia, no sé cual es su situación, pero solo quiero decirte que la familia es algo importante, no dejes que nada la destruya. Dios te bendiga y a tu familia también.



1 comentario:

Ana Raquel dijo...

Oscar, cambiar de punto de vista ayuda muchísimo a crecer. Realmente me gustaría volver a Paraguay con mi familia. Y si, tenés razón, es mejor construir puentes que hacer murallas. Saludos desde la colina de la esperanza.